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#306209
LIGA BBVA | ATLÉTICO 2 - ATHLETIC 1
Falcao o la ley del delantero

Dos goles del colombiano impulsan hacia la Champions a un Atlético superior ante un Athletic agotado que echó mucho de menos a Llorente: ganó el que tuvo la percusión de su '9'.

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Si se roe el partido hasta el hueso queda la ley del delantero centro porque se enfrentaban dos equipos que tienen dos arietes de los de siempre y de los buenos de verdad. Jugó el del Atlético, Falcao, y faltó el del Athletic, Llorente: ganó el Atlético porque Falcao encontró dos remates de instinto, perdió el Athletic porque no estuvo Llorente. El delantero y su ley, la pieza que impulsa el trabajo de todo el equipo, que justifica el plan del entrenador. El que lo tuvo en el césped, ganó.

El partido, enroscado entre semana y en un día de primavera invernal, era decisivo en el posicionamiento para la carrera final hacia la Champions. Porque mientras Atlético y Athletic largaban una primera parte de saldo el Levante seguía en San Sebastián con su campaña de rebelión contra la lógica. Los triunfos del equipo valenciano ponen la frontera Champions cada vez más lejos y obligan al máximo a aspirantes como Atlético y Athletic, casi en reserva de gasolina por otra búsqueda de gloria, la de la Europa League.

Basar el triunfo del Atlético en la aritmética de que estuvo Falcao y faltó Llorente haría poca justicia al segundo tiempo del Atlético, que dejó su versión abotargada en el vestuario y le puso intensidad, ritmo y verticalidad al partido. Le bastó. Falcao fue decisivo porque marcó los dos goles pero también porque se pasa la vida peleando: con los rivales, con su sombra, hasta con el sentido común porque remata desde cualquier lugar y en cualquier circunstancia y de ese optimismo caen goles y reservas de fe para su equipo. Por lo demás el Atlético estuvo serio pero sin demasiada cohesión entre su defensa y la zona de tres cuartos. En esa tesitura y con Adrián disperso, el partido iluminó a un Juanfran que sigue espléndido y que empezó de lateral derecho y acabó de interior zurdo; y a Arda Turan, que puso el fútbol y la argamasa entre la delantera y el resto del equipo. El turco, y más sin Diego, es esencial para el Atlético.

El discreto mérito del Atlético no oculta que el Athletic es un equipo al límite, ahora mismo una víctima de su extraordinaria temporada: finalista en Copa y vivo en Europa, sus hazañas entre semana no le han impedido pelear también por las plazas de Champions. Lo tiene difícil porque anda agotado. No jugó Iraola por sanción y unas molestias de Ander Herrera obligaron a Javi Martínez a jugar de lateral derecho en el segundo tiempo, haciendo sitio en la defensa a un San José demasiado nervioso. El Athletic sólo tuvo un arreón final en el que marcó un gol (Javi Martínez) tras un par de llegadas más. Ni alcanzó el empate ni lo mereció porque es un equipo con Llorente y otro sin él. Y eso no desmerece a los demás sino que agiganta la figura del que es ahora mismo uno de los mejores delanteros del mundo. Cualquier equipo, hasta los mucho más acaudalados que el Athletic, echaría de menos a Llorente.

Para el Atlético el triunfo es oxígeno y pilas para la calculadora. Los dos equipos siguen en la carrera. Con el Levante, con el Málaga, con Osasuna, con el Espanyol y hasta el Valencia, que sigue en la 'pole'... Y diez batallas por delante.

Fuente: AS
#306969
ATLÉTICO 2 HANNOVER 1
De sensaciones no se vive

El Atlético toma ventaja con un golazo de Salvio tras ver peligrar la eliminatoria durante muchos minutos. Falcao adelantó a su equipo de cabeza y Diouf empató en la primera llegada del Hannover. Se decidirá en Alemania sin Gabi, Arda y Juanfran sancionados.

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Al Atlético de Simeone le cuesta consolidarse. No por fútbol o por ganas, que ahora sí tiene y tantas otras veces le exigieron. Sino por resultados. En Liga marcha moribundo y en Europa se atropella sin merecerlo. Siempre por no concretar y demasiadas veces por decaer ante la primera inclemencia. Ante el Hannover debió sacar más renta frente a un rival encogido que sólo amenazó con su poderosa contra. Rascó un resultado positivo al final, con una obra de arte de Salvio, que si no fue más amplio se debió a la insistencia de no machacar cuando pudo y a la manía de acelerarse en el momento en el que el encuentro se puso contracorriente. Un enredo del que deberá salir en Alemania con las urgencias que a menudo le persiguen y sin Gabi, Arda y Juanfran, que son mucho, sancionados.

Y es que al Atlético jamás goza de un rato tranquilo. Mandó en el primer tiempo. Se puso por delante. Y hasta se gustó. Sin embargo, sin esperarlo, la única aproximación del Hannover se convalidó por un disgusto que acabó por confundirle. El gol alemán, bonito por el pase de Stindl, radiante por la ejecución de Diouf y bochornoso por la lentitud de Miranda, dejó helado al Calderón, que hasta ese momento (38') había visto a un equipo confeccionado a semejanza de su entrenador.

Un Atlético con señas de identidad

El 'Cholismo' no es más de lo mismo. Independientemente del resultado, debe cundir la ilusión. Esto no es como empieza. Hay una vuelta y una vida por delante. El proyecto Simeone promete. Existen técnicos que, tras un pasado de corto en el que adoraban el trato del balón (Clemente), se robotizan en los banquillos y embrutecen los conceptos. Por el contrario, hay otros que recorren el camino a la inversa. Eran más bien toscos como futbolistas y ahora buscan la perfección estética (Bielsa). Simeone es de otra pasta. Por eso engancha y se le perdonan más los tropiezos. Es más práctico y fiel a sus principios. Quiere, ni más ni menos, un equipo que se exprese como lo hacía él. Con exactitud. Algo que gustaba y gusta a los atléticos. La primera y última media hora fue un claro ejemplo del parecido razonable. El gol inicial es una copia de cómo los lograba él. Tras una falta lateral (de Gabi) y con un cabezo de raza (Falcao), llegando desde atrás y arrollando con su fe al portero y a quien quisiera evitar lo inevitable. La reacción final representa su inagotable casta.

Este Atlético, por mucho que sume como lo hacía con Manzano (poco y de forma irregular), es bien distinto a aquel que sólo transmitía frialdad. Ahora hay sangre, ánimo y nervio. La intensidad en cada gesto y el hambre en la presión son las claves de este equipo, al que únicamente le faltan resultados contundentes para que el excelente momento de forma de Juanfran o la calidad que emana de su ataque sean reconocidos. Del nuevo genio se basa para recuperar pronto y en campo enemigo. Así lo hizo siempre ante el Hannover. Gracias a ello, los dos mediocentros se liberan de la ardua labor de elaborar hasta conectar con los jugones. El plan de este Atlético tiene una prioridad fundamental: que el balón le llegue cuanto antes a los mediapuntas para alimentar de inmediato a Falcao. Un ataque que está a años luz del resto de compañeros. Únicamente falta recuperar totalmente a Diego y que la suerte sonría. Su chilena fue un aviso.

El resultado al descanso era injusto. Por la superioridad local y por la cantidad de ocasiones. Falcao tuvo otra de cabeza, como Mario, y Adrián gozó de la mejor. Al asturiano se le marchó demasiado cruzado un latigazo tras un buen pase al hueco. El Atlético se movía con rapidez y soltura. Koke, de nuevo titular, empujaba y Falcao, incordiaba. Pero el Atlético llegaba al área rival porque Arda es de otro nivel. Entre el turco, Adrián y las continuas internadas de Juanfran, desarbolaron a un Hannover encogido cuya misión era matar a la contra.

Incansables hasta lograr el segundo

El segundo tiempo repitió las intenciones. Acentuadas en el Atlético con las entradas de Diego y Salvio. Y refrendadas en el Hannover con otro arreón que, por fortuna, sólo quedó en susto. Fue calcado al tanto del empate. De nuevo, como en ese gol, un centro medido desde la derecha cayó en los pies de Diouf, cuyo remate fue repelido por Courtois de manera providencial.

El Atlético tembló, aunque no dudó. Siguió empujando con más angustia que coordinación. Arda tuvo dos buenas ocasiones. Hasta que Diego puso la cordura y Salvio el acierto. El argentino se acomodó un balón en la lejanía y mandó un misil con cierta rosca que empotró las ilusiones del Hannover en la escuadra. Su tanto maquilló el mal juego del Atlético en el segundo tiempo e hizo justicia aunque dejó a su equipos, y a los fieles, inquietos porque las buenas sensaciones no dan, de momento, para vivir en paz. Alemania decidirá.

Fuente: AS
#307225
ATLÉTICO 3 - GETAFE 0
El Atlético se llevó el laurel

Salvio, Diego y Falcao decidieron el derbi madrileño ante un Getafe inerte. El equipo del Cholo se vuelve a posicionar para puestos europeos y ya piensa en su compromiso de Alemania.

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Domingo de Ramos, de fútbol mañanero y de 'cholismo' ilustrado. Bien entendido el término y sin malicias. Porque Simeone advirtió ayer en su sermón y el equipo reaccionó hoy: 90 minutos de intenso trabajo. Porque nos contó, en una breve historia, la parábola de Salvio y la confianza. Y porque cedió una vez más su poder a Diego, su mejor discípulo sobre el terreno.

El Atlético rompió la igualdad con el Getafe, se llevó todo el laurel y cimentó su sueño europeo. Lo hizo gracias al gol de parábola de Salvio, a la creencia de Diego en el segundo, a la perseverancia de Falcao en su desempeño y a la apatía de un Getafe que no argumentó hoy la reciente afirmación de su técnico Luis García: "No se está valorando lo suficiente a este equipo". No fue un buen día para reivindicaciones, a pesar de la espiritualidad de la ocasión.

La última vez que jugó a la hora de misa, el Atlético penó en el último segundo y de penalti. Esta vez, el destino no fue tan soez. Rotó Simeone pese a sus reticencias en reconocerlo de palabra. No es algo vergonzoso ni peyorativo, más bien inteligente y productivo. Tampoco implica sacar al filial, si no cambiar algunas piezas. Con el esfuerzo del Hannover sobre el lomo y sabiendo del peregrinaje que aún queda en Alemania, Miranda, Godín y Adrián (hasta el 65') descansaron. La presencia de Domínguez, Perea y Salvio en el once inicial regeneró al equipo y le dio aliento. Aunque fue más influyente la vuelta de Diego como titular. Sólo ver su caminar ya agrada. Hoy se exigió en exceso en la primera parte y lo pagó con cansancio lógico en la segunda. Pero fue el apoyo en el juego ofensivo del Atlético, el guía, el ordenante, el capataz de cofradía. Simeone le liberó en el 65', como a Falcao y a Arda poco después.

Le salió todo al Atlético y nada a un Getafe castigado por las bajas. No reaccionó con el primero, ni con el segundo, tampoco con el tercero. No funcionó el once, ni los cambios. Luis García se quedó sin respuesta en el Calderón ante Simeone y no aprovechó el escaparate para gritar al aire la gran temporada del Getafe: salvado y con expectativas europeas, las mismas que las del Atlético antes del 3-0. Y algo menos reales tras el resultado.

Salvio allanó el camino con su cabezazo en el minuto 24 de partido. El argentino, en estado de gracia divina con 8 goles esta temporada, consiguió una extraña parábola que se coló por la escuadra del ateo Moyá, quien nunca creyó en la maldad con la que viajaba ese balón. Al final, el meta acabó rendido en el césped e intentando desgranar la moraleja: nunca te confíes.

Así fue pasando la mañana, con el Atlético instigando y el Getafe dormitando aún. Sólo Diego Castro, Miku y Sarabia lo intentaron pero sin demasiada convicción. En la segunda parte, se multiplicó el efecto. Falcao se unió a la celebración de domingo y probó en dos ocasiones antes de lograr un gol que fue correctamente anulado por fuera de juego. El momento del colombiano llegó poco después. Primero con la asistencia a Diego, quien remató en dos ocasiones para batir a Moyá ante la inacción de la defensa 'azulona' (hoy de verde fosforito). Y después para hacer el tercero y último tras una buena pared entre Juanfran y Jorge Resurrección 'Koke', que había salido minutos antes. 3-0 y el Atlético intacto: hubo fiesta, hubo descanso, hubo victoria y hubo mucho laurel. El Getafe quedó en penitencia.

Fuente: AS
#307241
Falcao hasta jugando mal, sin aparecer casi en el partido llega y en dos jugadas pone una asistencia a Diego y en otra marca un gol más. Este delantero jugando en el Madrid, Barça, United etc.. llegaría a los 40-45 goles por temporada fácil.
#307402
A los 25 en liga puede que llegue aquí, de momento lleva 20 (27 en la temporada) y en una temporada que el equipo fuera de casa con Manzano no ha hecho nada, ni un balón le llegaba. En alguno de esos equipos que he dicho a los 40 goles en tres competiciones si puede llegar.
#307456
HANNOVER 1 - ATLÉTICO 2
Un ataque para soñar

Adrián y Falcao meten al Atlético en semifinales con dos goles de bandera. El Hannover empató y metió presión pese a su poco fútbol. Partidazo de Diego. Godín, sancionado.

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El Atlético reúne de nuevo todos los requisitos para llamarse grande. Pelea por los títulos con asiduidad, no se encoge en escenarios hostiles, muerde cuando debe (y sin necesidad de gustar) y cuenta en sus filas con jugadores de tronío que aparecen en los días clave. Diego es uno de los mejores. Adrián el más elegante. Falcao personifica la pegada. El asturiano fue el encargado esta vez de deshacer un partido incómodo que no avanzaba nada bien. Al colombiano le tocó la labor de desatascarlo tras una amenaza inesperada del Hannover. Fueron dos obras de arte que demuestran que cuando hay un ataque de garantías, como el que tiene el Atlético, replegarse y esperar es un suicidio. Con tanta artillería sólo vale mandar y que obedezcan.

Independientemente del valor del premio logrado, el partido quedará en el recuerdo única y exclusivamente por los goles. Olviden el estilo. No merece la pena ni analizarlo. Con tanto en juego, casi nadie arriesga. Adrián se lleva todos los halagos. Con justicia. Su aportación no fue una cualquiera. Sabe que medio mundo mira ya estas eliminatorias. Para reivindicarse después de su última suplencia, y para sentenciar el pase, no se sabe el orden; decidió convertir un simple pase al hueco en el inicio de una jugada inolvidable. A Adrián le costó domar el balón a la carrera. Pero una vez que lo amortiguó, tiró de repertorio. Sonrojó a su marcador. Regateó después al portero en su desperada salida en vez de batirle de primeras. Y antes de empujarla, con todo a favor, prefirió sentar a otro rival antes de machacar. Más que un gol fue una obra de arte. La de Falcao no fue de tanta magnitud. Él prefiere la potencia. Sin embargo, sí es de más importancia. El Hannover había intentado aguar la fiesta minutos antes y su latigazo, otro más, aplacó cualquier indicio de revolución.

Primera mitad para olvidar

Hasta entonces, el Atlético había regalado demasiados minutos al Hannover. Es mejor y le dio miedo demostrarlo. De ahí que agotara el primer tiempo y sufriera al final. La suplencia de Salvio resumía el mensaje. Con su juego habitual bajó el mandato de Simeone, hubiera salido a hombros de Alemania. Con esas precauciones, pasó lo que tenía que pasar. Que un equipo agitado por su afición y con el balón directo como única arma sembró el pánico. Los goles y, más que nunca, la exhibición de Diego desviaron el plan timorato y lo condujeron hacia el libertinaje. Los tiempos han cambiado y este Atlético asusta a la carrera y hace temblar cerca del área. Se acabaron los complejos y temores.

El Atlético sólo pasó apuros durante diez minutos. No se engañen. El partido fue horroroso pero siempre se desarrolló de manera favorable para sus intereses. Sin achicar balones y sin mirar la hora. No vio peligrar el resultado salvo ese rato y si transmitió tensión es porque el 2-1 de la ida dejó una delgada línea de separación entre la alegría y el chasco. Al Hannover le sobran intenciones. Nadie lo discute. Como tampoco hay debate en que le faltan argumentos para buscar un título como el que está en juego. El equipo de Simeone no se acercó a Zieler hasta demasiado tarde y tan solo se aproximó en el primer tiempo con dos amagos puntuales. Uno tras un centro de Adrián y otro después de una descoordinada llegada de Koke. La obsesión fue no complicarse la vida en defensa y evitar cualquier pérdida en medio campo. Así, los riesgos fueron mínimos. Por ello, el objetivo se cumplió a costa de la imagen.

Las bajas claves continúan

Sin Juanfran, Gabi y Arda, únicamente Diego regaló detalles y fue capaz de aportar algo de cordura. La pena es que la presión inculcada por no fallar, y el irregular estado del césped, complicaron la vida a Mario y a Tiago para conectar con más regularidad con el brasileño. Sin la aportación de Diego, Adrián y, sobre todo Falcao, sólo se desgastaron en la presión hasta sus apariciones estelares. Nunca tuvieron envíos a la espalda que revalorizar. El Hannover entendió el plan de contención de Simeone y lanzó a sus laterales en busca de petróleo a la ligera. Sus centros y las roscas de Pander en la estrategia fueron sus únicos caminos hacia la remontada. Faltaron rematadores. Excepto en el gol, en el que Diouf convirtió en oro un simple saque de banda. El conjunto alemán disparó una vez con veneno. Y gracias a una de las múltiples faltas de entendimiento en la defensa.

El descanso modificó las pizarras. El Hannover entendió que quien no arriesga, no gana. El Atlético recordó que llegar al final en vilo era contraproducente. De ahí que ambos equipos se estiraran y dejaran de encogerse. La reanudación fue otra y el desenlace el esperado. El juego fue igual de trabado aunque con una pizca de más ambición. Por eso llegaron los goles, la clasificación y los sueños futuros. Este Atlético apunta alto, amenaza al Valencia y mira al título. En la ida faltará Godín, pero da igual. A este Atlético se le calibra por lo que tiene arriba.

Fuente: AS
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