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- 24 Mar 2008, 18:45
#20042
Serie A: La Juventus rompe al Inter y anima el Scudetto (1-2)
Con carácter y llevando su idea eterna hasta el fin de las consecuencias, la Juventus arrasó en el Giuseppe Meazza con el invicto nerazzuri como local y darse un festín que casi le asegura a Champions. Camoranesi y Trezeguet, los goles del vencedor.
Inter-Juventus (1-2)
Dos clones tácticos
El Clásico de Italia, que enfrenta a los dos equipos más gloriosos a nivel nacional, es también un lid táctico entre planteamientos casi clonados. El Inter es pura potencia, agresividad y balones largos buscando la cabeza de Ibrahimovic o Cruz. La Juventus, exactamente lo mismo. Fútbol límite, defensa cerrada pero adelantada e intenciones de alcanzar posiciones de ataque cuanto antes.
En esa batalla táctica de Mancini y Ranieri, el que tuviera la -˜picardía-™ de bajar la pelota y proponer algo más, tendría mucho ganado. Si a esta sensación le sumamos las ausencias de Cambiasso y Vieira en el líder, los nombres de Stankovic, Chivu y Zanetti no daban mucha categoría a la creatividad, sino a la destrucción, algo que también promocionaba Sissoko.
En aquella estrechez, la paciencia iba a ser un grado pero la Vecchia no iba a jugar como un equipo chico y apenas en diez minutos gozó de un lanzamiento de Del Piero a balón parado y, sobre todo, de un remate en posición forzada que sacó Julio César. En esa acción, Maxwell pudo haber merecido el castigo del penal que bien solicitaban los bianconeri.
Dentro de ese fútbol enérgico, de nuevo un balón parado originó un remate en segunda jugada de Stankovic que, incomprensiblemente, se topó con el travesaño teniendo todo a favor. Chivu, poco después, también obligó a una atajada espectacular de Buffon para evitar el primero. Los arqueros fueron las figuras excluyentes de un primer tiempo entretenido.
Pegada juventina
Una gran volea de Nedved nada más empezar el segundo tiempo -y posterior gran atajada de Julio César-, avisaba el despertar de una Juve que se mostraba más ambiciosa que en los primeros 45 minutos.
La Vecchia dio un paso adelante y en una buena acción de Mauro Camoranesi, el italo-argentino avanzó en claro offside por derecha y definió con toque sutil ante la salida de Julio César.
En lugar de cerrarse, los de Ranieri siguieron su estilo, agresivo y presionando, con lo que en una pelota hacia Del Piero, se convirtió en una asistencia genial del -˜trequarista-™. Alex regaló una flor con un toque sutil que, ayudado por un pésimo rechace de Nicolás Burdisso, Trezeguet convirtió en gol con un tremendo zurdazo desde el vértice del área chica.
El partido se serenó, el Inter pensaba en las chances desperdiciadas y cuando más sufría, un genial desborde de Maicon por la derecha dejó a Maniche sólo para empujar la pelota sobre la líena de gol y revivir la esperanza. Los aires de 'rescate' que tantas veces han dado fuerza a los interistas -como hace poco ante la Roma-, volvían a surgir.
El Inter no tuvo ningún argumento para conseguir el milagroso empate, sin embargo, Maniche casi lo marca metiéndose entre los zagueros y punteando la pelota ante la salida de Buffon, pero el palo se lo negó.
La Juventus, que pudo terminar goleando, da vida al Scudetto (la Roma se coloca a sólo cuatro puntos del Inter), reabre aún más la crisis de un equipo nerazzurro que cayó de local por primera vez y, sobre todo, prácticamente asegura su plaza de Champions. Un ejemplo de profesionalidad de un equipo con una idea eterna e inmutable, que bien diría Ockham.
Con carácter y llevando su idea eterna hasta el fin de las consecuencias, la Juventus arrasó en el Giuseppe Meazza con el invicto nerazzuri como local y darse un festín que casi le asegura a Champions. Camoranesi y Trezeguet, los goles del vencedor.
Inter-Juventus (1-2)
Dos clones tácticos
El Clásico de Italia, que enfrenta a los dos equipos más gloriosos a nivel nacional, es también un lid táctico entre planteamientos casi clonados. El Inter es pura potencia, agresividad y balones largos buscando la cabeza de Ibrahimovic o Cruz. La Juventus, exactamente lo mismo. Fútbol límite, defensa cerrada pero adelantada e intenciones de alcanzar posiciones de ataque cuanto antes.
En esa batalla táctica de Mancini y Ranieri, el que tuviera la -˜picardía-™ de bajar la pelota y proponer algo más, tendría mucho ganado. Si a esta sensación le sumamos las ausencias de Cambiasso y Vieira en el líder, los nombres de Stankovic, Chivu y Zanetti no daban mucha categoría a la creatividad, sino a la destrucción, algo que también promocionaba Sissoko.
En aquella estrechez, la paciencia iba a ser un grado pero la Vecchia no iba a jugar como un equipo chico y apenas en diez minutos gozó de un lanzamiento de Del Piero a balón parado y, sobre todo, de un remate en posición forzada que sacó Julio César. En esa acción, Maxwell pudo haber merecido el castigo del penal que bien solicitaban los bianconeri.
Dentro de ese fútbol enérgico, de nuevo un balón parado originó un remate en segunda jugada de Stankovic que, incomprensiblemente, se topó con el travesaño teniendo todo a favor. Chivu, poco después, también obligó a una atajada espectacular de Buffon para evitar el primero. Los arqueros fueron las figuras excluyentes de un primer tiempo entretenido.
Pegada juventina
Una gran volea de Nedved nada más empezar el segundo tiempo -y posterior gran atajada de Julio César-, avisaba el despertar de una Juve que se mostraba más ambiciosa que en los primeros 45 minutos.
La Vecchia dio un paso adelante y en una buena acción de Mauro Camoranesi, el italo-argentino avanzó en claro offside por derecha y definió con toque sutil ante la salida de Julio César.
En lugar de cerrarse, los de Ranieri siguieron su estilo, agresivo y presionando, con lo que en una pelota hacia Del Piero, se convirtió en una asistencia genial del -˜trequarista-™. Alex regaló una flor con un toque sutil que, ayudado por un pésimo rechace de Nicolás Burdisso, Trezeguet convirtió en gol con un tremendo zurdazo desde el vértice del área chica.
El partido se serenó, el Inter pensaba en las chances desperdiciadas y cuando más sufría, un genial desborde de Maicon por la derecha dejó a Maniche sólo para empujar la pelota sobre la líena de gol y revivir la esperanza. Los aires de 'rescate' que tantas veces han dado fuerza a los interistas -como hace poco ante la Roma-, volvían a surgir.
El Inter no tuvo ningún argumento para conseguir el milagroso empate, sin embargo, Maniche casi lo marca metiéndose entre los zagueros y punteando la pelota ante la salida de Buffon, pero el palo se lo negó.
La Juventus, que pudo terminar goleando, da vida al Scudetto (la Roma se coloca a sólo cuatro puntos del Inter), reabre aún más la crisis de un equipo nerazzurro que cayó de local por primera vez y, sobre todo, prácticamente asegura su plaza de Champions. Un ejemplo de profesionalidad de un equipo con una idea eterna e inmutable, que bien diría Ockham.
