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El Madrid se pone en peligro

Abandonado por sus figuras, a excepción de Benzema, el equipo de Mourinho cayó en el minuto 89. Gol de oro de Özil, partido heroico de Ramos y nuevo fracaso de Coentrao como lateral.

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Un Allianz Arena rojo, repleto e hirviendo. Así imagina el madridista el infierno. Y así lo vivió por enésima vez. El Madrid no pudo agarrarse a Cristiano, ni a Özil, ni a Di María y resultó un estrepitoso fracaso la insistencia de Mourinho en Coentrao como lateral izquierdo. Le sujetaron hasta el minuto 89 la inesperada madurez de Benzema y dos centrales heroicos, con nervio, colocación e inteligencia. Pero el Bayern, que mantiene los jugadores feroces, malhumorados e hipermotivados de siempre, llegará a Madrid en ventaja gracias a un tanto de Mario Gómez en los postres. El resultado tomó apariencia, en algún momento, de mal menor.

El partido fue y vino. Y esos cambios de tiempo son especialmente perjudiciales en Múnich. Porque con mejores y con peores equipos, el Bayern siempre sacó mucho partido de los momentos de excitación, aquellos en los que el duelo se convierte en un gallinero. Y tuvo la fortuna de hacer blanco en la primera ocasión que se le presentó. Ribery se encontró una pelota perdida que no acertó a despejar Ramos y tocó en Badstuber para enganchar un bote pronto incontestable. Una estocada corta que validó el 'óptimo' Webb pese al flagrante fuera de juego de Luiz Gustavo, cuya presencia en la línea de disparo despistó a Casillas. Fallaron el teatral inglés y su auxiliar para dejar mal al técnico blanco en la víspera. Se le fue la mano en los elogios, por ese lance y por otros, como todos sospechábamos.

Antes de aquel accidente hubo un Madrid y después otro, peor, dividido y descompuesto que sufrió en Múnich como en tiempos pasados menos gloriosos. Antes, en cambio, ofreció un aire dominante, pelota en mano, bien armado y que plantó a Benzema ante Neuer. El zapatazo del francés lo adivinó el alemán. En esos minutos de gracia le sobraron la hiperactividad sin luces de Di María y la indolencia de Özil, cuya belleza en el juego servida en frío no cuaja en ambientes como el del Allianz Arena.

El después cogió al Madrid aturdido y confundido, a menudo sin vuelta, con el equipo partido en dos y expuesto a las salidas con sentido de Kroos, que le quitó la plaza a Múller. Heynckes se inclinó por él porque tramita mejor el juego aunque luce menos como llegador. A ratos asomaron Ribery y Robben, jugadores de inspiración sin demasiada constancia pero con mucho filo. También Mario Gómez se vio una vez ante Casillas, que se le hizo gigantesco.

El Madrid respondió sin continuidad. Dos latigazos de Cristiano, una llegada de Benzema, varias arrancadas inconclusas de Di María. Demasiada conducción, pocos desmarques y menos peligro. El intercambio de papeles entre Di María y Özil no benefició ni a uno, desorientado como mediapunta, ni a otro, ahogado en la derecha. Lo mejor estuvo atrás, con Pepe y Sergio Ramos despiertos (salvo en el gol), muy mal acompañados por Coentrao, cuya superioridad para contener sobre Marcelo aún está por demostrar. Khedira, en cambio, tuvo más quite de lo habitual.

Del vestuario regresó un Madrid con mejores convicciones. También con el viento de cola de un gol. Cristiano erró increíblemente en las barbas de Neuer, pero el cartero llamó dos veces a su puerta, porque Benzema, que ya había iniciado la primera jugada, retomó la segunda, puso la pelota en el segundo palo y Cristiano se la regaló a Özil a puerta vacía. Un empate que premió la insistencia del francés, pero no sosegó el ánimo del Madrid ni le entregó el volante del partido.

Al contrario, le encerró ante el empuje del Bayern, cuyo orgullo está por encima de cualquier época. Robben se comió a Coentrao de pitón a rabo, Heynckes echó mano de la pegada de Múller, Lahm comenzó a alargarse y Gómez tomó el fusil, primero sin tino y luego con él. El Madrid quedó a merced del Bayern, únicamente protegido por el heroísmo de Sergio Ramos y el buen sentido de Pepe.

Mourinho dio un paso atrás, metió a Marcelo por delante de Coentrao, doblando la guardia sobre Robben, y retirando a Özil, cuyo talento es de porcelana. No hubo reacción. Tampoco con la entrada de Granero. Mario Gómez dejó pasar dos ocasiones estupendas y Müller ofreció alguna carga inquietante. La pelota fue del Bayern y sólo Benzema, en un partido con oficio, de nuevo maduro, le dio alguna salida al Madrid. El partido se mudó a las narices de Casillas y allí acabó apareciendo Mario Gómez para sentenciar después de que Lahm dejase de nuevo en mal lugar a Coentrao. El Bernabéu exigirá otro Madrid.

Fuente: AS
#308557
El partido de Coentrao en Múnich le convierte en 'trending topic' en España

Los aficionados españoles se ceban con el lateral portugués
La tendencia "#SiLoComparasConCoentrao" arrasa en Twitter
Mourinho le defendió frente a las cámaras de TVE

La derrota del Real Madrid en Múnich frente al Bayern (2-1) ya tiene un culpable menos de doce horas después del final del partido. A pesar de que el técnico Jose Mourinho le defendió ante las cámaras de TVE, Fabio Coentrao está en el punto de mira de la afición: el portugués es 'trending topic' en Twitter.

Por lo menos, los españoles se lo toman con humor y han hecho de la adversidad un motivo para la sátira. El 'hashtag' #SiLoComparasConCoentrao El condicional da pie para muchas comparaciones, a cual más hiriente para el defensa fichado esta temporada del Benfica. Incluso el perfil satírico de su entrenador y principal valedor futbolístico ha caído en la tentación de hacer un comentario.

Coentrao ha sido titular en las dos últimas eliminatorias, en los partidos de ida jugados fuera del Bernabéu, y en ambos no satisfizo a prensa ni afición. Mourinho suele emplearlo como opción defensiva, ya que la alternativa de Marcelo deja más huecos en defensa por sus constantes subidas.

Sin embargo, el portugués se precipita en la jugada del último minuto que supuso el gol de Mario Gómez al tratar de arrebatar el balón a Lahm tirándose al suelo.

Rtve
#308558
Mirando noticias (lo digo por que no tengo otra manera de enterarme de trending topics o cosas asi por que no tengo Facebook , ni Twitter ... ni nada de esas ... dejemoslo en "cosas" para que nadie se cabree conmigo ^^ , soy asi de rara ya veis :risa: )
me tope con esa "Noticia" :o , y me ha causado algo de gracia (Hasta cierto punto , todo tiene su limite)

Este me hizo especial gracia : "Telecinco es la ostia #SiLoComparasConCoentrao"

Salu2s
#312158
Maracanazo en el Allianz: el Chelsea es el rey de Europa

En una final dramática, la décima que se decide en penaltis, reinó Drogba. Chelsea y Bayern empataron a uno en los 120 minutos. Robben faló un penalti en la prórroga.

En la entrada principal del estadio del Chelsea hay una estatua en la que se lee: "Stamford Bridge tiene muchos héroes pero sólo un rey". Está dedicada a Peter Osgood, leyenda blue. Habrá que ir pensando en cambiarla. El penalti de Didier Drogba, esa fuerza natural, ese corazón negro, estará en todos los libros de historia. Y mientras un operario de la UEFA graba el nombre del campeón en la "Coupe des clubs champions européens", la inscripción que reza en el trofeo de plata, goza el oeste de Londres y se muere de la pena Múnich. El campeón número 22 de la historia de la vieja Copa de Europa y la nueva Champions League es el Chelsea. Parecía que el Bayern, ese viejo ogro europeo, era alemán, demasiado alemán como para permitir un Maracanazo. Pero fue humano, demasiado humano. Y Schweinsteiger, el robot que silenció el Bernabéu, el que parecía no sentir la presión, se derritió delante de su gente, en su casa, el majestuoso Allianz. El Bayern había ganado las cuatro tandas de penaltis que había jugado en su historia en la Champions. El Chelsea había perdido las dos. Pero había demasiadas pistas como para pensar que en esta Copa de Europa había que jugarlo todo al azul.

Más allá del gusto de los puristas, fue una final de maravillosos sobresaltos, con una película de acontecimientos apasionante hasta la tanda de penaltis. El Bayern coleccionó oportunidades en la primera parte. La mejor, una de Arjen Robben, que decidió escaparse del campo de minas que Di Matteo le puso en la izquierda con la defensa de ayudas de Bertrand y Cole. En una jugada confusa, el balón se le quedó orientado casi sin querer, se lo acomodó con un toquecito y disparó. A Cech le dio tiempo a sacar como pudo la pierna derecha y el balón golpeó en el poste. El fondo azul del Allianz se quedó frío, pero no fue gol. Ni en esa ni en una jugada con un movimiento excelente de Mario Gómez, que con la cintura burló a Cahill pero se encontró con el balón en su pierna izquierda y la mandó fuera. El Bayern fue algo más en la primera parte, pero el Chelsea tampoco pareció acomplejado por eso. La asunción de su inferioridad fue básica para superar al Barcelona y su plan para Múnich fue el mismo: tener la humildad suficiente para saberse peor y comprender que sólo desde el sacrificio y la defensa podía obtener el éxito. En los estertores de esta gran generación, el Chelsea ha exagerado su perfil defensivo. Con el mismo Mourinho, basó sus éxitos en el orden. Pero fue un equipo vigoroso, rápido y con pegada. Incontenible en sus buenos días.

En su casa, el majestuoso Allianz, el Bayern tenía la responsabilidad de tomar el mando. Lo hizo, pero algo agónicamente. Los bávaros llegaron bien a las inmediaciones del área pero ahí sentían un vértigo gigantesco. Ribery, Kroos, Robben..., a todos les entraba una flojera tremenda cada vez que le tocaba disparar. Como en la primera parte, el Bayern acumuló posesión, llegadas y saques de esquina. Les faltaba la fe. A Ribery se le anuló un gol por fuera de juego justísimo. Estaba escrito que el gol sería agónico. Lo hizo Müller, jugador de apellido ilustre reminiscencia de otra vieja gloria, Gerd. Thomas nació en Weilheim, en la misma Baviera (Bayern, la traducción al alemán). Nadie tiene que explicarle qué es el Bayern. Nadie, pues, pudo evitar que se le saltasen las lágrimas cuando marcó el 1-0, en una aparición sorpresa por detrás de Ashley Cole y un cabezazo picado en el que Cech no estuvo rápido. Múnich se sintió de nuevo rey de Europa hasta que apareció Drogba, ese elefante africano que es una leyenda blue. El Bayern sacó 17 saques de esquina en los 90 minutos. El Chelsea sólo uno, el del gol.

Pero Droga, el héroe, la leyenda, se equivocó nada más empezar la prórroga. Como en el Camp Nou cuando cometió penalti sobre Cesc, metió la pata donde nadie le llamaba y derribó a Ribèry. Frente a frente, Cech y Robben, que lanzó al lado natural de los zurdos, allí donde Messi ha fallado unos cuantos esta temporada. Perro viejo, Cech se lo detuvo. Todo eran pistas. La remontada ante el Nápoles, los penaltis fallados por Messi y Robben, la clasificación heroica con diez en el Camp Nou, el empate de la final casi en el descuento. Lo de las semifinales y la final de este curso parecía tratarse casi de un pacto con el diablo. El Bayern, ya sin Ribèry, lesionado en la jugada casi ridícula del penalti, acusó los dos goles. El del gol de Drogba, el del penalti fallado. El rodillo alemán también tenía grietas. Los penaltis eran inevitables y también sus protagonistas. Terry se resbaló en Moscú. Ayer desde la grada vio cómo sus viejos socios en esta empresa que ya parecía imposible, Lampard y Drogba, consiguieron la gesta. A Abramovich, a toda esa generación de enormes futbolistas que encontraron tantos reveses durante tantos años, le esperaba un guiño genial del destino. El Chelsea reina en Europa.

Fuente: AS
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