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Moderador: Moderadores

#282327
Scarola, vete ya!!!! Que seleccionador más pésimo madre mía. Repasando la mente de Scariolo:

Anda, Ibaka tiene 3 faltas. Pues nada, a defender a Nowitzki, a ver si te echan.

Ricky está teniendo un día horrible de cara a canasta(para variar). Pues nada, Calderón, no entres ni de coña, que soy muy masoquista.

Es horrible como entrena. Y no es por racismo ni nada por el estilo, pero teniendo tan buenos entrenadores aquí en España que si les llama la selección se van como locos(Xavi Pascual, Pepu...) y tenemos entrenando a un italiano que no ha hecho nada en toda su vida, con dos cojones.
#282329
isaacpes escribió:Scarola, vete ya!!!! Que seleccionador más pésimo madre mía. Repasando la mente de Scariolo:

Anda, Ibaka tiene 3 faltas. Pues nada, a defender a Nowitzki, a ver si te echan.

Ricky está teniendo un día horrible de cara a canasta(para variar). Pues nada, Calderón, no entres ni de coña, que soy muy masoquista.

Es horrible como entrena. Y no es por racismo ni nada por el estilo, pero teniendo tan buenos entrenadores aquí en España que si les llama la selección se van como locos(Xavi Pascual, Pepu...) y tenemos entrenando a un italiano que no ha hecho nada en toda su vida, con dos cojones.
+1

Salu2
#282347
Hoy lo hemos pasado un poquito mal, peor bueno....

Por cierto que grande es Pau...con el tobillo lesionao es el mejor del equipo.
#282483
EUROBASKET 2011 | ESPAÑA 84 - SERBIA 59
A hombros de gigantes

España vengó la dolorosa derrota del pasado Mundial con un triunfo incontestable que sella el pase a cuartos de final. Los hermanos Gasol, sublime Pau, conducen la exhibición española.

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En el baloncesto FIBA, y falta la prueba ante la montaña de músculo de Francia, no hay respuesta para los hermanos Gasol. Una pareja de gigantes sobre cuyos hombros viaja España, que deshuesa y aplana rivales en la mejor tradición del baloncesto de siempre: torres gemelas que canalizan y explican todo lo que sucede en la cancha. Una suma de centímetros, talento y registros que además por fin mezcla (trabajo, hay que reconocérselo, de Scariolo) y que juegan además rodeados de tanta profundidad que no tiene antídoto cuando fluye como un río de dulce lógica. ¿Se puede desgastar a Pau y Marc Gasol sin dar ayudas que liberen a Navarro? ¿Qué equipo puede congestionar la suma de tanto y tan equilibrado talento? En su nivel óptimo ninguno. ¿Quién le pone el cascabel al lobo?

No Serbia. No hoy, desde luego. Así que Serbia tiene ahora tres derrotas y la soga al cuello de cara al próximo domingo. Que el equipo de Ivkovic no está en su mejor momento es tan cierto como que habrá que volver a respetarle al máximo si los cruces nos vuelven a enfrentar. Porque talento les sobra y porque no hay dos partidos iguales. Se cumplió la venganza del triple de Teodosic en Turquía, esta vez con Pau Gasol, que lo cambia todo, y con una Serbia que sigue siendo insultantemente joven y cuyo futuro sigue siendo una promesa de éxito pero en un momento de demasiados asteriscos motivados por el irregular crecimiento fuera del país de muchas de sus jóvenes promesas: Velickovic (ausente por lesión), Bjelica, Tepic, Tripkovic (que no pasó el corte), Keselj... El asunto da para un análisis profundo pero se resume en que Serbia será un rival temible en próximos campeonatos. Y en este mientras siga viva.

Exhibición sin réplica

Serbia pareció tener un día especialmente malo ante España. Como a Lituania le pasó lo mismo hace unos días, lo casual se convierte en síntoma: España defiende con criterio, concentración y fundamentos cuando lo necesita. Mejor en la lectura de bloqueos, sin desequilibrios contra los aleros altos y con mucha presión en la línea exterior. Un trabajo que afirma las credenciales de Felipe, del mejor dibujado Ricky y de un Rudy que corrige en intendencia lo que desafina en la ejecución.

Scariolo sigue dando forma a su puzzle y esta vez, con el examen final de los cruces más cerca, le dieron la razón algunos de los argumentos que otras veces se vuelven en su contra. Este triunfo, igual de aplastante, expuso más pericia ténica que el sumado ante Lituania entre otras cosas porque no se definió desde el inicio sino que fue fruto del paso de los minutos y del peso de la lógica. Ibaka y un desdibujado Llull perdieron peso en una rotación reducida y selectiva y, con un Ricky más productivo que Calderón, España se puso en manos de los hermanos Gasol.

Con el tobillo de Pau recuperado (jugó hasta en los minutos de la basura), España se limitó a defender con intensidad y concentración y atacar con sentido común. Cuando el balón circula y pasa por los pívots, es un equipo casi indefendible, imparable para una Serbia con muchos agujeros atrás y poca materia para la rotación interior. El recital de Pau Gasol resultó sublime a pesar de dos faltas prematuras que cortaron su despegue: 15 puntos sin fallo al descanso, 26 totales en 23 minutos. Defensa, asistencias, lectura de juego, rebotes, tapones, movimientos al poste, tiros abiertos, un triple, ganchos de izquierdas, mates a la contra... un repertorio infinito al que su unió un Marc (cuerpo, clase, talento, convicción, 20 puntos y 10 rebotes) que produce de principio a fin. Ambos definieron el constante martilleo de España, que llevó a Serbia con la lengua fuera durante el primer tiempo (15-5, 26-17, 39-22) y la rompió con un escandaloso 14-0 en el tercer cuarto en ruta hacia un 70-49 que dejaba más de un cuarto por jugar. Serbia le puso carácter y un poco de maquillaje en el último cuarto y España acabó jugando con Sada, Llull, San Emeterio, Claver e Ibaka. Punto y final. Victoria, venganza, pase a cuartos, aroma de favorito y la sensación de que el Eurobasket está en las manos de España y su reveladora mejor versión: si levanta la voz nadie le puede contestar.

Fuente: AS
#282579
Que tunda! si os digo la verdad me esperaba que Serbia se hubiera quedado cerca o incluso que nos ganara(con Gominolo en el banquillo todo es posible) pero menuda tunda. Como tienen que haber jugado los serbios para que Ricky les meta dos puntos XD
#282688
EUROBASKET 2011 | FRANCIA 69 - ESPAÑA 96
España no juega al escondite

En un partido sin tensión, España puso lo justo ante una Francia que eligió perder y se guardó a Parker y Noah. Escandaloso tercer cuarto (10-29). España jugará ante Eslovenia o Finlandia.

Hace dos años, en el Eurobasket de Polonia, De Colo anotó el tiro decisivo en un Francia - Grecia que nadie quería ganar. Como en baloncesto no existe el empate ganó Francia y cruzó con España, que le crujió en ruta hacia el oro. Aquel trauma contextualiza la partida de escondite de Collet, que regaló sin rubor el partido ante España y que se dejó jirones de imagen en una paliza con la que elige lado del cuadro: Grecia en cuartos, Lituania fuera de su camino hasta la final. A España le bastó un tercer cuarto en ritmo de competición para resolver la pachanga, olvidarse de cábalas y pasar como primera de grupo. Ahora Eslovenia (seguramente) o Finlandia, después Lituania si no suceden un puñado de cosas notablemente extrañas.

Si los dos caminos, las cuentas de Francia y la jerarquía de España, dan resultado y ambos equipos se encuentran en la final, conviene tener en cuenta que encontraremos a un rival muy diferente, abrasador en defensa, una cordillera de puro músculo guiada en ataque por Tony Parker. Un equipo con un quinteto de configuración casi NBA con más fuerza pero menos calidad que España. Porque España es el actual campeón y el único equipo de este campeonato que tiene un pico de juego al que ningún otro llega. Y como sólo tiene que preocuparse por sí misma, fue agradable comprobar que ganó y se olvidó de unas matemáticas que están, además, pendientes de lo que pase suceda en el Lituania-Alemania. Un partido con color verde pero en el que, ojo a los pronósticos, juega un tipo llamado Dirk Nowitzki.

Domingo, día libre

Hasta aquí han jugado España y Francia para llegar a la hora de la verdad: a dos triunfos de los Juegos, a tres de la medalla de oro. Muchos partidos y muchos minutos cortesía del difícilmente sostenible formato de 24 equipos, agrandado por un sorteo que ha desequilibrado los dos lados de la segunda fase y que ha hecho que Francia, hasta hoy invicta, ya haya jugado partidos a cara de perro ante Alemania, Italia, Serbia, Turquía y Lituania. El desgaste y las cábalas de los cruces dieron a Collet la coartada dar día libre a Noah y Parker, que no jugaron. Batum apenas superó los 20 minutos y Gelabale sigue recuperándose de cara a los cuartos de final. Total que Francia fue un equipo sin tensión y sin recursos, o más bien sin interés en usarlos, que apenas pestañeó cuando España decidió, en el tercer cuarto, poner intensidad al partido. El primer tiempo (38-39) había sido un poco vistoso entrenamiento con Francia (Seraphin y Traore) haciendo daño en la pintura ante unos hermanos Gasol contemplativos. Los triples de Navarro (14 puntos sin fallo en ocho minutos) mantenían a una España que parecía valorar también las bondades de una posible derrota.

Eso se borró en el tercer cuarto, que demostró (10-29) que a Francia le daba igual perder por tres, por trece o por treinta. Un parcial de 4-27 en algo menos de ocho minutos dejó los mejores minutos de Pau y sobre todo de Rudy, que corrió arriba y abajo, robó, machacó y metió triples mientras los franceses silbaban. Al final jugaron todos y anotaron todos y en el último cuarto hasta tuvo tiempo en cancha Claver, que anotó 8 puntos con dos triples. Una prueba de que merece más tiempos o la demostración de que el partido ya no era tal. Vaso medio lleno o medio vacío, que cada uno elija.

Pero no fue un partido para sacar conclusiones. En todo caso para sacar pecho porque España no echa cuentas, deja que se preocupen los demás. Su única preocupación es jugar a su nivel, y que pase el siguiente. En realidad y para un equipo como España (y otros), el campeonato empieza ahora. Y la sensación es que, con altibajos y alguna laguna, España está lista para asumir los retos de los Juegos y el oro. La rotación no está afinada y no todos los jugadores están al nivel exigible, pero España tiene un núcleo y unos valores que marcan la pauta en Lituania. El principal peligro: ella misma. Y después los aspirantes a ponerle en aprietos a un partido: Lituania, Rusia o una Francia que juega igual de bien al baloncesto que al escondite.

Fuente: AS
#283135
EUROBASKET 2011 | ESPAÑA 86 - ESLOVENIA 64
Próxima parada: Londres

España salió a lo grande de un primer cuarto de pesadilla. El peso interior de los hermanos Gasol equilibró el partido y Navarro lo rompió en un tercer cuarto genial. El viernes, la semifinal.

Boza Maljkovic tiene el retranco de los que se lo saben todas. Perro viejo, conoce los renglones torcidos de los que está hecho el juego y por eso sonreía de medio lado cuando analizaba las opciones de Eslovenia ante un gigante llamado España. Vino a decir, entre frases valiosas y silencios de oro, que España es la Yugoslavia de esta generación. Y lo es: una prueba del carbono 14 que pone a los rivales contra el muro de sus limitaciones. Un panzer contra el que no vale demasiado, y seguramente él era el más consciente, el viejo espíritu competitivo y las trampas para osos con las que Boza se convirtió en un enemigo terrible en cuitas de un partido.

Esa realidad se le vino encima a Eslovenia con toda su crudeza en los dos cuartos en los que España estuvo en el partido: 19-8 de parcial en el segundo, 36-14 en el tercero. Ni un tahúr como Maljkovic pudo entonces disimular que Eslovenia, una maravillosa cuna de talento de poco más de dos millones de habitantes, llegó a Lituania más pendiente del próximo Eurobasket, en su casa, y con una ilustre lista de ausentes: Brezec, Nachbar, Vidmar, Beno Udrih, Nesterovic, Vujacic, Becirovic... Sin todo eso, con Dragic encorsetado por el bajo ritmo de juego y contando con lo poco que queda de un grande como Smodis, Eslovenia le dio un pequeño susto a España en el primer cuarto (16-23), gracias a un planteamiento excelente de Maljkovic, a una intensidad que doblaba la de una España que sesteaba y a un juego de ataque cargado sobre Begic (56 puntos en el primer cuarto, 10 en total) y Lorbek (7 en el primero y nada más), y con el acierto exterior (tres triples) que les ha faltado en todo el campeonato y le volvió a faltar después (6/27 total).

Mérito de Eslovenia y aviso para España, que no podrá permitirse arranques tan malos ante los rivales que están por venir ahora que llegan las dos grandes finales: la que vale el billete para Londres 2012 y la que valdría el segundo oro consecutivo, el sello a una evidente supremacía continental. Después de muchos partidos, después del gris estreno ante Polonia, la exhibición ante Lituania, el último cuarto ante Turquía, la anulación de Nowitzki o el sainete ante Francia... después de todo eso y a cuarenta minutos de baloncesto, la plaza olímpica, el gran objetivo, el último gran sueño de la maravillosa generación del 90.

Defensa en zona, Gasol... Navarro

Eslovenia, el equipo menos anotador de todos los clasificados para los cruces, anotó 18 puntos en los primeros seis minutos de partido. En el descanso llevaba 31; En el ecuador del tercer cuarto, 35. Perdió como pierden los equipos cuya inferioridad es insalvable y manifiesta y sus armas limitadas. Su presión del inicio fue a menos, la acumulación de faltas de sus interiores limitó su despliegue defensivo. España volteó el partido con plomo y cemento, preparó durante un sudado y desgastante segundo parcial el despliegue extraordinario del tercero.

La lógica y una sorpresa: España fue más efectiva en zona, apoyada en la poca puntería exterior de su rival. Cerró su aro y comenzó a carburar muy despacio: primero frenó la sangría de pérdidas, después comenzó a circular y finalmente encontró por fin a los hermanos Gasol. A base de tiros libres de estos, cavó trincheras y preparó la llegada de la caballería. Tras más de 28 minutos, tomó el mando del partido (30-28). Eslovenia llegó al descanso viva pero estrangulada, con la lengua fuera.

El tercer cuarto fue uno de esos despliegues que estarán en el libro de oro de este equipo de oro: 36-14 de parcial con un 9-0 de salida que se estiró hasta un 19-2. Partido sentenciado en lo que pareció un santiamén, partido decidido por los dos mejores jugadores que ha dado la historia del baloncesto español, dos colosos del baloncesto europeo de siempre: Juan Carlos Navarro anotó 17 puntos en ese tercer cuarto y terminó con 26 en 26 minutos y 11/16 en tiros de campo. En uno de esos trances en los que es literalmente indefendible, eclipsó a un Pau Gasol que pareció más concentrado en las labores de albañilería pero cuyo dominio del partido fue antológico: un escenario con él en cancha, otro sin él y, al final, 19 puntos, 16 rebotes y 3 tapones.

A España le sobró el primer cuarto y al partido el último, un relajado paseo en el que Eslovenia maquilló mínimamente lo que había llegado a un escandaloso 68-40. A España le queda la preocupación por el tobillo de Calderón y alguna duda por esa rotación que con los partidos vivos es prácticamente de ocho jugadores y medio. España empezó tan mal que pareció un equipo terrenal, un lujo que no se tendría que permitir si aparecen en el camino Lituania o Francia, incluso Rusia. Pero fue tan escandalosamente de menos a más y tuvo momentos de una superioridad tan apabullante que volvió a dejar la certeza de que es el equipo con el libro de estilo de este campeonato: a su mejor nivel, no hay nadie que le alcance. No mientras su mascarón de proa lo sigan formando Pau Gasol y Juan Carlos Navarro, Juan Carlos Navarro y Pau Gasol, dos genios que no deberían irse nunca y que tienen a tiro de un partido, cuarenta minutos de baloncesto, el sueño olímpico de Londres. Y al fondo, el oro.

Fuente: AS
#283478
EUROBASKET 2011 | ESPAÑA 92 - MACEDONIA 80
Navarro en el Olimpo

Una exhibición sobrehumana de Navarro y la incidencia en el juego de Pau Gasol solventaron un partido que España vio peligrar por sus deméritos. Está en la final y estará en Londres 2012.

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Juan Carlos Navarro estaba cerca de cumplir seis años cuando un Larry Bird atónito aseguraba en la trastienda del mítico Garden que había visto a Dios disfrazado de jugador de baloncesto. Era el 19 de abril de 1986 y Michael Jordan había firmado, en pleno fuego cruzado de playoffs, 63 puntos en una actuación superlativa más que épica y más que histórica. La frase quedó colgada de aquel día y aquel momento, chispas de luz que nunca se extinguen, a las que el tiempo sólo da más brillo y que, intocables, definen un estado inefable de efervescencia, un nivel de juego definitivo. La frase define aquel partido de aquel Michael Jordan en aquella noche del Garden. Lo demás han sido comparaciones con alfileres, referencias con asterisco, citas baratas con tono de disculpa.

Y sin embargo sucedió en Kaunas, juro que sucedió. La carne de Juan Carlos Navarro Feijoo transmutó en divinidad. Infalible, indefendible, poético, colosal, en estado de trance, luminoso. Una exhibición que explica un partido que vale un puesto en la final, otra medalla para el baloncesto español y un billete para los Juegos Olímpicos de Londres. Juan Carlos Navarro: 191 centímetros del mayor talento, libra por libra, que ha dado nuestro baloncesto. Mucho más que el escudero de Pau Gasol: el uno explica al otro, y viceversa, en la maravillosa historia de la generación de 1980, la era de nuestro baloncesto, esta en la que somos la antigua Yugoslavia, la vieja Unión Soviética: la ley y el orden, el bastón de mando del baloncesto continental.

Juan Carlos Navarro, junto a Pau Gasol, ha definido los mejores momentos de España en este Eurobasket: el primer cuarto ante Lituania, el despegue ante Eslovenia. Y en semifinales, cuando España estaba metida en un asfixiante y nervudo cubo de ansiedad, apareció para decidir y definir el partido: 19 puntos en el tercer cuarto, en ese trance sublime y divino, y 35 en total. Sacó a España del atolladero, invirtió la peligrosa dinámica del juego y dejó momentos de poesía cinemática, un dulce crimen que demostró que está a la altura de los grandes exteriores de la historia de Europa: es Petrovic, es Gallis, es indefendible e incomparable. Es extraordinario y es la razón de la superioridad casi intelectual de España sobre casi todos los rivales.

Él y Pau Gasol, que vino a este campeonato a la caza de este partido, para garantizar su último sueño olímpico. Esta vez secundario, en un rol parecido al que tiene en LA junto a Kobe, recibió golpes y no tuvo ni un tiro cómodo pero incidió en el juego forma dramática ganando segundas opciones y cambiando tiros en los (pocos) buenos minutos defensivos de España. Terminó, como si no hubiera roto platos, con 22 puntos y 17 rebotes, 9 en ataque.

Macedonia, orgullo intacto

Macedonia jugará por el bronce en un torneo del que merece llevarse metal y del que se llevará admiración, empatía y la bandera (¿quién lo imaginaba?) del baloncesto balcánico. Volvió a jugar contra gigantes y volvió a estar a punto de convertirlos en molinos de viento. Soñó hasta donde le llegaron las fuerzas y murió desfondada pero con los puños apretados. Macedonia, además, volvió a jugar muy bien al baloncesto: intensa en defensa, inteligente y colectiva en ataque, sacando el 150% de cada uno de sus recursos, equilibrando cada carencia, volteando cada situación inversa... llegó al descanso por delante (44-45) tras ventilarse el primer estiró de una España todavía remolona. Llegó por delante (48-51 a los 22 minutos) a la fiesta de Navarro y sobrevivió a ella (76-68, minuto 32) hasta donde le dieron las fuerzas. Vivió hasta casi el final aunque perdió el rebote (46-31), aunque se quedó sin triples cómodos en cuanto España defendió con cierta exigencia, aunque se cargaron de faltas Samardziski y Stojanovski... sin apenas rotación pero a hombros de la ilusión y del juego bien interpretado y bien aplicado. A hombros de un gigante llamado McCalebb: 25 puntos y 5 asistencias, anotador cuando pudo y distribuidor cuando lo necesitó su equipo: líder siempre.

El fuelle de Macedonia desnudó durante casi tres cuartos a una España a la que le faltó en el primer tiempo conciencia competitiva. Encajó muchos puntos y muchas canastas fáciles y no buscó el guión lógico en ataque, que pasaba por minar por dentro su resistencia numérica y anímica. A Scariolo se le vieron algunas costuras y se aferró a una rotación de ocho jugadores: Felipe jugó seis segundos y no pisaron la pista San Emeterio, Claver y un Sada que podía haber cambiado una dinámica defensiva que tuvo momentos poco decorosos. En el segundo tiempo descolgó a un Calderón renqueante y a un Rudy esforzado en defensa e intrascendente en ataque y consiguió subir revoluciones defensiva con Llull y un Ricky que incluso anotó un par de tiros. Aleluya. Scariolo descubrió además los valores de Ibaka, que dio minutos de mucha utilidad. Otra vez, aleluya.

Pero todos los análisis quedan a merced de la exhibición de Navarro en el tercer cuarto y la incidencia en las circunstancias del juego de Pau Gasol. Con eso y el peso de los minutos, la fuerza de la calidad y la profanidad de la rotación, España ganó a un equipo que fue cualquier cosa menos un invitado agradecido y empachado en el banquete de las semifinales. Macedonia enamoró durante muchos minutos e hizo méritos para provocar una de las mayores sorpresas de la historia del baloncesto (órdago tras el envite de cuartos ante Lituania). Manejó durante muchos minutos todo lo que sucedió en la cancha, lo técnico y lo humano. Pero no pudo con lo divino, no pudo con un Juan Carlos Navarro Feijoo que fue, en Kaunas, Dios vestido de jugador de baloncesto. Guardemos ese tercer cuarto, el que vale el billete para Londres, en su retina y en su memoria. Algún día contaremos que lo vimos.

Fuente: AS
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