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#280128
AMISTOSO | ESPAÑA 68-AUSTRALIA 51
Un festín de España dedicado a Felipe Reyes

El conjunto de Scariolo solventó el penúltimo compromiso de preparación para el Eurobasket ante Australia (68-51). Buen partido de los hermanos Gasol, Ibaka y Ricky Rubio.

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El penúltimo ensayo de la selección española terminó con otra victoria contundente para los de Scariolo en un partido donde se pudo ver de nuevo a un Serge Ibaka imponente, el papel agitador de Ricky Rubio cuando peor estaba España, el liderazgo de los Gasol y a Víctor Claver de tres. Ante eso poco pudieron hacer los oceánicos, que comenzaron poderosos pero se difuminaron cuando España engrasó la maquinara. Del bando australiano se puede destacar a Baynes, pero también se debe recalcar la paupérrima estadística en la línea de tres (1-21).

Fue el primer test con los doce jugadores que, si no hay una lesión de última hora, disputarán el Eurobasket de Lituania. Además de terminar de coger el punto, el duelo ante los 'Boomers' sirvió para dedicar el triunfo a Felipe Reyes.

Enfrente esperaba un conjunto físico y cumplidor en los últimos enfrentamientos veraniegos obteniendo triunfos antes China, Croacia, Serbia y Gran Bretaña. Scariolo enseñó un quinteto esperado. Calderón, Rudy, San Emeterio y los hermanos Gasol se retaron con Patty Mills, Barlow, Joe Ingles, Ogilvy y Nielsen. España, sin Navarro por lesión, empezó precipitada. Fueron unos primeros minutos de correcalles por el Pabellón murciano donde los australianos se relamían con las entradas de Barlow, que jugaba en casa, y el buen papel reboteador en ataque.

España parecía acusar en exceso las bajas de Navarro, Llull y Felipe Reyes y en ocasiones se movía como desorientada. Marc era el faro en el ataque de la selección aunque su promedio era 4/8. Otro dato desalentador eran los números en la línea de tiros libres (6/12 por parte de España por 2/2 de los oceánicos).

Pero en el segundo cuarto, España despertó. Si jugando al ralentí los de Scariolo sólo se vieron sobrepasados por dos puntos, con lo mínimo de cada uno bastó para desarmar a los australianos. Los gorros de Ibaka (3), que cuando salta se hace de noche, la reconducción de Pau y sobre todo la verticalidad de Ricky, con ocho puntos consecutivos, bajaron a la tierra a los australianos (24-17).

Eran los momentos más brillantes de España en Murcia, únicamente debían pulir el juego exterior y a falta de dos minutos para el descanso Víctor Claver rompió el maleficio para incrementar la ventaja a los nueve puntos. Australia no conseguía romperlo aún (0/10). Aun así, los de Brett Brown se repusieron del zarandeo español y soltaron un último latigazo antes del descanso para irse al vestuario cinco abajo (30-25).

España mete el turbo en el tercer cuarto

Esa inyección australiana surgió efecto hasta el ecuador del tercer cuarto. En ese periodo de tiempo se pudo ver el primer triple de los 'Boomers' (Ingles) y esa agresividad mostrada en los primeros compases del encuentro. De esta forma Australia consiguió dar la vuelta al marcador, pero la maquinara descarriló poco después tras un triple de Rudy Fernández, que a su vez espoleó a España firmando un parcial de 15-2 (47-35). Los hermanos Gasol mantuvieron en pie el festín español y pasito a pasito nutrieron sus casilleros de puntos con movimientos excelsos como el reverso de Marc con mate impresionante de regalo.

Scariolo aprovechó el último cuarto para dar minutos a los jugadores con necesidad de rodaje, quizás los que menos minutos dispongan en Lituania (Rubio, Sada, San Emeterio, Claver e Ibaka). España no se salió del sendero y hasta hubo tiempo para dar espectáculo a la grada murciana con un Ibaka demoledor.

Fuente: AS
#281424
Los de siempre: Pau y Navarro salvan el mal debut

El pivot anotó 29 puntos y el alero 23. Sólo ellos y Marc mantuvieron el tipo de una Selección que, por sestear, pasó apuros al final. La falta de tiro exterior fue un lastre.

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Debutó España, sesteó España, jugó mal España, ganó España (83-78). Lo previsto y normal aunque un tanto exagerado. Porque en este Eurobasket maratoniano que ha perpetrado la FIBA (¡¡¡24 selecciones!!!) la primera fase está para sumar sin gastar. Aún más ante Polonia, esta Polonia sin Gortat, Logan, Lampe ni Ignerski que vive del talento todoterreno de Kelati y poco más. Mañana espera Portugal, pasado Gran Bretaña... el objetivo estaba claro: sudar lo justo.

Pero la Selección se pasó y, tras dominar con holgura en la primera parte, se relajó hasta encontrarse embarullado en un final apretado, 80-78 a falta de 16 segundos incluido. Como tantas veces antes y las que nos quedan por ver, aparecieron Pau y Navarro para solucionar el problemilla y santas pascuas. El de los Lakers acabó el partido con sus estratosféricos números habituales (29 puntos y 7 rebotes) y su viejo amigo sumó 23 y las genialidades habituales. Tampoco falló Marc, tercera pata de este taburete: 16 y 7. Pero el resto, entre regular y mal.

Pero más allá de la solucionable falta de intensidad, hay problemas crónicos a solucionar antes de que el asunto se ponga serio. 1: Los bases no anotan. Nada. Entre Ricky, Calderón y Sada (el mejor de los tres hoy), cero puntos. 2: Scariolo no parece saber cómo utilizar a Ibaka, formidable arma infrautilizada. 3: Sería amable denominar como porosa nuestra defensa del 'pick&roll'. 4: Lo defender a aleros puros va a ser un problema. Rudy no jugó la segunda parte por una alergia, San Emeterio sufrió ante Kelati y Scariolo tuvo que recurrir a Claver como tres, opción lógica que a él no le convence. 5: No entran los tiros, cosa grave ya que nuestros rivales van a convertir la zona en arma constante. Ayer 3 de 16 en triples y eso que Pau metió el único que intentó.

No conviene sobreactuar tras este mal partido, quedan 10 para el objetivo y lo de Polonia ya no es más que una victoria en el casillero, rutina cumplida a desgana. España sigue siendo favorita y lo será mientras un tal Pau Gasol vista esta camiseta. Mañana sería otro día. Y tocará Portugal. Otro trámite, esperemos que mejor resuelto.

Fuente: AS
#281730
EUROBASKET | GRUPO A | ESPAÑA 86 - GRAN BRETAÑA 69
España crece con los Gasol

Rudy (11) frenó a Deng (17) y minimizó el debate. Pau fue el mejor con 21 puntos, 6 rebotes y 2 asistencias. Marc le secundó con 18 puntos, 11 rebotes y 5 asistencias. No fue el día de Navarro.

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Tres de tres y clasificados para la segunda fase del Europeo. España afina y sigue con su clara línea ascendente. Mejoran las sensaciones tras el susto de Polonia y el balsámico paseo ante Portugal, aunque España sigue lejos de su mejor nivel: vive de los individualismos y hay una marcada diferencia entre el quinteto inicial y el resto. Pau Gasol volvió a liderar a los de Scariolo con 21 puntos, 6 rebotes y 2 asistencias, en 22 minutos; y hoy, ante Gran Bretaña, su mejor escudero no fue Navarro sino su hermano Marc, que nunca falla (18 puntos). Superado con solvencia el tramo inicial de este eterno europeo (24 selecciones), mañana toca descanso: más de 24 horas de relativo relax que servirán para reajustar estrategias, recuperar a los tocados e inspirar fuerzas de cara lo que se avecina: la milimétrica Lituania y la gigantesca Turquía.

A parte de los Gasol, Rudy ha sido el otro protagonista del partido. Enfrente tenía a Loul Deng y encima, el peso del debate sobre la debilidad defensiva en la posición de 3 de España. Hoy era la primera prueba de fuego y Rudy ha respondido. Ya declaró que no le preocupaba medirse al de los Chicago Bulls y lo ha demostrado en pista. Ha invertido la situación y ha sido Deng quien ha sufrido para parar a Rudy. Pero el debate no está totalmente cerrado, ya que sin Rudy en pista, Deng ha hecho de las suyas, que son muchas. Scariolo tiró del tocado San Emeterio al principio del segundo cuarto y España se resintió, hasta el punto de que Gran Bretaña se puso por primera vez por delante (19-21). Luego salió Navarro a poner orden y volvió el azote de Deng, para reestablecer las diferencias.

Obligó Gran Bretaña a España hasta el tercer cuarto con su ritmo sostenido alto y se ganó la consideración de 'sparring' oficial, algo que no consiguieron ni Portugal ni siquiera Polonia. Pero la selección de Chris Finch, clasificada ya como organizadora para los Juegos de 2012, acusó su falta de banquillo y con Deng y el estudiantil Clark, (de los mejores hoy con 14 puntos) no fue suficiente. Pau y Rudy despuntaron en el primer cuarto; Navarro y otra vez Rudy, aguantaron el mejor momento de los británicos en el segundo; Marc y Pau, apuntillaron en el tercero; y España se dejó llevar en el cuarto.

La selección de Scariolo sigue viviendo de las individualidades y de sus momentos de inspiración. El juego interior prioriza el ataque de los nuestros y escasea la aportación exterior, sobre todo de los bases. Entre Ricky, Calderón, Sada y Llull sumaron 9 puntos, y la mayoría cuando estaba todo decidido. España decide cuando su quinteto inicial está en pista: Calderón, Navarro, Rudy y los hermanos Gasol. Ellos sentaron las bases en el primer cuarto y ellos culminaron el trabajo en el tercero. Entre medias, se perdió la ventaja en el segundo cuarto cuando Scariolo quitó de un plumazo a todos los pesos pesados y, en el cuarto periodo, se selló el partido con un quinteto combinado en el que rotaron los Gasol, Calderón, Rudy y Navarro, hasta que ya no había margen de réplica.

Ibaka fue excluido a falta de 5:41. Firmó 8 puntos, 3 rebotes y un balón recuperado en los 16 minutos que se mantuvo en pista. Aún falta para ver al mejor Ibaka de los Oklahoma City Thunder. Y al mejor Llull del Real Madrid, al mejor San Emeterio del Baskonia, al mejor Sada del Barcelona, o al mejor Claver del Power Electronics. El que más claro tiene su papel de la gente de banquillo es Felipe Reyes (10 puntos), que suma tanto en los momentos importantes como en los minutos de la basura, con los que hoy se cerró el partido, y en los que entraron Sada y Claver, hasta ese momento inéditos. Minutos que no se esperan en los próximos duelos contra Lituania, el domingo, y Turquía, el lunes. Aunque España ya está clasificada para la segunda fase, empieza lo gordo.

Fuente: AS
#282019
EUROBASKET 2011 | LITUANIA 79 - ESPAÑA 91
La sinfonía del campeón

Antológico primer tiempo de España (36-62) que sentenció un partido vital ante un anfitrión sin respuestas. Volvieron la defensa, el rebote y el tiro exterior: volvió la mejor versión de España.

Ahora parece que todo era mentira, que España fingía cada síntoma de artritis y guiñaba el ojo tras cada triple fallado. Que las sensaciones eran el gran farol de la partida de poker que animó los días de fogueo. Hoy empezaba el Eurobasket y hoy empezaba realmente, que la burocracia diga lo que quiera, la segunda fase. Y más tras la derrota de Turquía ante Polonia, y más con un futuro ya dibujado: Serbia, Francia, Alemania. La escenografía incluía además el hirviente Panevezys y la temible Lituania, anfitrión y escudo del país en el que el baloncesto es mucho más que simple baloncesto. Y en ese día, en la primera gran X en el calendario, apareció la campeona de Europa, la España de oro, la mejor versión de un equipo memorable cuyo ciclo actual estará en los libros de historia de este deporte.

Con Europa mirando, España sacó la partitura e interpretó una sinfonía deliciosa, una oda heroica con influencias de Japón, de la final de Atenas... la mejor España de Scariolo por encima de aquella que aplanó a Francia en cuartos del último Eurobasket. Dijo Tolstoi que la música es la taquigrafía de la emoción y el primer tiempo de España (el que concentró y resolvió el partido) fue pura emoción, una coreografía maravillosa e inefable, ante la que sólo queda sentarse y disfrutar. O ponerse el frac, levantarse y romper a aplaudir. Elijan pero, hagan lo que hagan, disfruten. Disfruten hasta el exceso, disfruten con lujuria porque este equipo es único e histórico. Este equipo no volverá pero por suerte todavía no se ha ido.

Una coreografía celestial

Para comprender ese primer tiempo de España, tal monumento al juego, no bastan los números pero ayudan, notas de esa sinfonía dulce y colosal, de una combinación exquisita de músculo y seda. Esta Lituania, por roster mucho menos que España, es temible en su cubil por intensidad y ADN. Turquía, un ogro ahora contra las cuerdas, le metió 68 puntos. España, en dos cuartos, 62 (36-62). Un mentiroso 7-6 dio pasó a un 0-16 que rompió el partido y despertó al gigante al que todos volverán a temer, desde ya, en este campeonato. La España con pocas piernas en la defensa exterior congestionó la circulación lituana (2 triples en todo el primer tiempo, 9-2 en pérdidas, 0-5 en robos...) con un despliegue descomunal. La España de los 11/50 en triples hizo 10/16 en esos dos cuartos de baloncesto absoluto. Ganó el rebote, repartió 17 asistencias y anotó desde absolutamente todas las posiciones. Los Gasol, decisivos por jerarquía y trabajo, se limitaron a hacer de teloneros de un sublime Navarro (15 puntos en el primer cuarto) y de un Calderón resucitado. Con la energía de antaño en las piernas, acierto en el tiro, hambre en defensa y acierto en el tiro. El base absoluto que España llevaba tanto tiempo echando de menos.

El martilleo español desnudó a una Lituania que malvivió de los destellos de Valanciunas, un gigante en ciernes hasta ahora infrautilizado por un desquiciado Kemzura, y de su orgullo en el segundo tiempo, cuando eligió perder de la mejor forma posible y aprovechó la bajada de tensión de una España que aprovechó ese segundo tiempo para meter en harina (por fin) a Ibaka. Una España en la que la rotación de Scariolo está definida para lo bueno y lo malo (Sada, Claver, San Emeterio bajo mínimos). Antes del maquillaje local, el marcador llevó a un estremecedor 46-74 cerca del ecuador del tercer cuarto. El poder, todo el poder de España, concentrado en casi 25 minutos de baloncesto sublime.

Queda un triunfo que allana el camino a cuartos porque cuenta para la primera fase y que aligera el duelo de mañana ante Turquía. Queda el golpe en la mesa, el órdago del campeón. Y quedan las sensaciones, la certeza de que el techo de este equipo es infinito. Las cosas no siempre saldrán como hoy. Los triples no lloverán con tanta dulzura y el rival encontrará caminos. Pasará en lo que nos queda, que es mucho y es difícil. Hoy creemos que España es imbatible, infinita, sobrehumana. Pero hace un puñado de días veíamos nubarrones e imaginábamos trances gigantes ante rivales que siguen ahí y que siguen siendo muy buenos: Serbia, Francia, Alemania, la propia Lituania si nos volvemos a encontrar... Pero hoy al menos tenemos la certeza de que la mejor versión de España sigue dentro de estos jugadores, impresa en la genética inolvidable de un equipo que dejó otra sinfonía para el recuerdo. Siéntense y disfruten, nada más. Porque la música es bueno o mala y, como dijo Louis Armstrong, de la buena simplemente se disfruta. Sin darle más vuelta.

Fuente: AS
#282145
EUROBASKET 2011 | ESPAÑA 57 - TURQUÍA 65
Sin Pau Gasol, la nada

Un apagón histórico en un horrendo último cuarto (2-16 para Turquía) condena a la Selección tras un partido para olvidar que le deja con una victoria y una derrota de cara a la segunda fase.

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El que ayer y tras la poética destrucción de Lituania se fuera a dormir pensando que ya éramos campeones estaba tan equivocado como el que pretenda ahora aplicarse una dosis letal de cianuro. Ayer no éramos superhombres, hoy no somos restos de naufragio. Es el deporte y son los caminos, que tienen piedras y meandros para hacer así de volátiles y de hermosos los inestables huesos del deporte. La derrota no es decisiva pero magulla e importa: pasamos con 1-1 y no con 2-0 y eso nos obliga a extremar precauciones en una segunda fase en la que hay que nadar entre pirañas: Alemania, Francia, Serbia. Para Turquía, eliminada durante buena parte del Gran Bretaña - Polonia, el triunfo es la vida: del 0-2 a otro 1-1 y el juego inverso de sensaciones del patinazo polaco a un triunfo ante España que hace unas horas parecía improbable.

La revalorización de Turquía y la derrota de España empezaron a escribirse cuando Pau Gasol se torció un tobillo tras un tapón ejemplar a Valanciunas, ayer. Estos campeonatos esconden trampas de las que nadie está libre y toca, visto lo visto, cruzar los dedos para que su ausencia haya sido, eso parece, una mera cuestión de precaución. Lo demás, una baja más prolongada o incluso la obligación de jugar disminuido, tendría un feo aroma a hipoteca.

Pero el factor físico, la lesión de Pau Gasol o las perennes molestias de Rudy, no explican todo lo sucedido (o todo lo no sucedido) en un partido que fue la antítesis perfecta de la exhibición perfecta ante Lituania. Ayer 62 puntos y 10/16 en triples en el primer tiempo; Hoy 57 y 4/17 en todo el partido. A tirones y con más siderurgia que verso, España mantuvo el control durante 32 minutos mientras Turquía hacía la goma y se empeñaba en sobrevivir: 19-10 al término del primer cuarto, 24-15 en el segundo, 45-37 en el tercero y... 57-49 tras poco más de 31 minutos de juego (55-49 al término del tercer parcial). España no anotó más y encajó, entre el bochorno y la incredulidad, un parcial de 0-16 hasta la bocina, entre el bochorno y la incredulidad.

La nada. Sin Pau Gasol y con Turquía controlando a Rudy y Navarro; con la rotación interior agotada y sin encontrar a Marc (9 puntos en un primer cuarto imperial, 12 en total). Una parálisis durante la que Scariolo rotó como quien lanza dados. Turquía revivió gracias a la trinchera que Asik, a golpes de '5' clásico (12 puntos, 8 rebotes... y 8 faltas provocadas), escarbó bajo los dos aros y a los directos a la mandíbula de Arslan, Onan y Turkoglu, el genio disoluto. Antes, con Tunceri y Kanter bajo mínimos e Ilsayova mal utilizado, Preldzic comandó la resistencia turca. Un joven alero multifuncional que crea juego desde sus 2'05, que nació en Bosnia y jugó en las categorías inferiores de Eslovenia: clase balcánica, pasión turca y puntos en cada crisis de su equipo (11 seguidos y antológicos en el arranque del segundo cuarto).

Explicar lo inexplicable

Antes del apagón final, España fue discontinua e irregular. Tomó y retomó la concentración, cogió y soltó la intensidad defensiva y nunca tuvo fluidez en ataque. Calderón fue de más a menos, Ricky estuvo plano y Sada al menos defendió fuerte en el tercer cuarto. Sin fluidez exterior (Navarro bajo arresto), Turquía cerró la pintura tras la sangría inicial de Marc. A partir de ahí, tiros de media distancia de Ibaka y, en el último impulso antes del cataclismo, trabajo salvaje de Felipe (11+6) hasta ese 55-49 en el que se paró el reloj de la Selección.

Y se paró porque no hubo energía física ni mental en una rotación de tres hombres interiores (Marc-Ibaka-Felipe) en la que Claver no contó ni cuando las personales caían como una jauría. Más de 30 minutos de Marc, Ibaka, Navarro y Rudy... malos porcentajes, casi las mismas pérdidas que asistencias y la batalla del rebote perdida en los minutos de la verdad. Plomos fundidos, sistemas opacos y jugadas demasiado sucias tras unos tiempos muertos pedidos demasiado tarde. España, sin individualidades heroicas, viajó a los infiernos en un último cuarto que fue, menos de 24 horas después, el negativo perfecto de lo vivido ayer ante Lituania.

La derrota, que no es dramática, afea y cuenta porque abre el casillero de derrota. España podía haber pasado a la segunda fase limpia, imperial y con un rival muy incómodo para los cruces (Turquía) herido de muerte. Entre la España casi alienígena de la primera parte de ayer y la España que reptó por las cloacas en la segunda de hoy, hay un enorme recorrido en el que están los códigos que siguen haciendo a este equipo favorito al título. Siempre que no se esfumen la gasolina y la magia y siempre que se cuiden al máximo los enormes peligros que asoman ahora (Alemania, Serbia, Francia...). Y siempre que el tobillo de Pau Gasol no nos dé más sustos, por supuesto.

Fuente: AS
#282317
EUROBASKET 2011 |ALEMANIA 68 - ESPAÑA 77
Pau Gasol define a España

España resolvió un partido espeso en un último cuarto jugado con determinación, intensidad y más recursos que una Alemania ahora virtualmente eliminada. Los hermanos Gasol, decisivos.

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Qué y quién es Pau Gasol para la ya legendaria generación del 80 es algo que está perfectamente escrito y cartografiado. Qué y quién es en esta era tan corregida y tan mejorada del baloncesto español, también y del mismo modo que quién y qué es Pau Gasol para la actual Selección. Se llama talento, lo que nunca se le ha negado, pero se llama también determinación, deseo y convicción. Los grandes son los que no aceptan el destino sino que lo dibujan, los que, incluso heridos, arrastran a todos. Ese es el verdadero liderazgo y así fue el partido de Pau Gasol ante Alemania, definido en los números pero sólo comprensible en su verdadero valor sobre el ánimo, la unión y la autoestima de la tropa que lidera.

Los números: Pau Gasol cerró un primer tiempo de sufrimiento para él y España (33-36) con cero puntos, cuatro tiros fallados, las cámaras de televisión fijas sobre su tobillo y conato de debate sobre la conveniencia de su presencia, tan renqueante, en cancha. En el segundo tiempo jugó 17 minutos y anotó 19 puntos, 10 seguidos sin fallo en el arranque del tercer cuarto, y redondeó sus números hasta los 7 rebotes, 2 tapones, 2 robos y 6 faltas recibidas. Anotó, consiguió que el balón circulara por dentro de la zona, defendió y corrió. Una lección de generosidad y personalidad valiosa para todos, quizá especialmente para Marc, que comparte genes y que tendrá mañana muchas de las responsabilidades que hoy tiene su hermano mayor. En este partido, borrando su mal segunda parte ante Turquía, el hermano de Pau estuvo de principio y fin y terminó con 24 puntos, 5 rebotes y 9 faltas provocadas.

De los 77 puntos de España, 69 los anotaron los Gasol, Navarro y un San Emeterio que jugó mucho y jugó bien, triples importantes primero y defensa y consistencia en el tramo final. Scariolo encuentra soluciones donde a veces ni las busca entre otras cosas porque maneja más cantidad y más calidad de la que quiere creer. La mejor España fue esta vez una España de intangibles, que fue por fin de menos a más y que firmó un gran final de partido con una intensidad defensiva salvaje y una determinación absoluta en ataque. Igualados los duelos de hambre y energía, España ganó porque es más que Alemania. La buena noticia es que estamos más cerca de cuartos de final. La mala, daños colaterales, que no veremos a Dirk Nowitzki en los Juegos Olímpicos de Londres.

Las dos caras de España

Si Pau Gasol es el rostro de la jerarquía de España, seguramente Ricky fue esta vez la imagen del tobogán que recorrió la Selección. Con Sada fuera de juego, Llull negado y Calderón ausente en el segundo tiempo (siete minutos en cancha), el todavía joven Ricky (a veces cuesta creerlo) pasó de brillar por intensidad defensiva y ritmo de ataque a desesperar por riesgos excesivos atrás y ceguera adelante y de ahí a sobresalir otra vez por desgaste e intendencia: presión y ayudas asfixiantes sobre Nowitzki. No anotó pero sumó 5 rebotes, 3 asistencias y 4 robos. Y ejerció de base en la recta final del partido, cuando España convirtió el 57-56 a favor de Alemania tras la última canasta de Big Dirk en el 65-74 que tenía el partido muerto en el último minuto. Nowitzki apenas pudo recibir, apenas pudo hacer daño en los que suelen ser sus minutos, los de la verdad, y terminó desesperado y derrotado. Y eso, o el control sobre Kaman en ese tramo decisivo, son méritos que hay que reconocer a esta Selección que se afirmó con los Gasol y Navarro pero también con Ricky y San Emeterio en un sano ejercicio de flexibilidad.

Antes y durante tres cuartos España sufrió mucho y, como ante Turquía, recibió parciales en contra tras cada estirón (de 18-26 a 27-26, de 46-54 a 53-54). Alemania, más corta de efectivos y de talento total, es un muy buen equipo bien agrupado por Bauermann en torno a Nowitzki. Un equipo muy peligroso que saca lo máximo de lo que tiene pero que está a un punto de hervor de aspirar a lo máximo. Benzing, un alero de 2'09 con posiblidades extraordinarias, está todavía tierno y sus mejores años llegarán cuando ya hayan pasado los de Nowitzki, ya un tomo de la historia del baloncesto. El tomo del fade away; el del diseño del ala-pívot moderno.

Las (controladas) rachas de Dirk y los habituales problemas de España en la defensa de los bloqueos, aprovechados por secundarios meritorios como Hamman, Herber o Schaffartzik, llevaron el partido al filo: 63-66 mediado el último cuarto. Los minutos que siguieron, los decisivos, fueron los mejores de España y endulzaron el sabor de boca de un triunfo instrumental en el camino hacia cuartos, uno que quizá ayude a que por fin España coja continuidad en su vuelo. Conviene quedarse con el triunfo y con ese mensaje final pese a las lagunas habituales en la rotación y en el juego. Serbia y Francia serán rivales más peligrosos, casi tan peligrosos como el esguince de tobillo de Pau Gasol, el jugador que define el qué y el quién de esta Selección y el que definirá seguramente el cómo y el por qué de este Eurobasket.

Fuente: AS
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